del Centro Inclusivo de Recuperación Circular (circ), de sinba. Sentada junto a su esposo Juan Flores, y frente a casi 100 personas, ambos se muestran felices de dedicarse a este oficio.
Los últimos cuatro años han trabajado como recicladores formales de la asociación San Pedro de Chorrillos. Colaboran con municipalidades y tienen contacto directo con los vecinos, a quienes recogen sus residuos reciclables.
Juan revela que al ser informal y buscar entre la basura, mucha gente lo denigraba. “Pero ahora hay muchos niños que hasta se toman una foto conmigo”, cuenta a la audiencia que lo observa con interés.
Esta historia de superación sólo es posible gracias a un tipo de reciclaje que los pone como la base de todo el ciclo: el reciclaje inclusivo.
Carmen Valdez y Juan Flores comparten su historia en la inauguración de circ.
¿Qué es el reciclaje inclusivo?
El reciclaje inclusivo es aquel que visibiliza a las y los recicladores para entender su trabajo y la importancia de su labor no solo como un oficio, sino como una manera de cuidar y reparar nuestro mundo, lo cual nos beneficia a todos.
Cuando como consumidores y generadores de residuos comprendemos cómo funciona el reciclaje en nuestras localidades y cómo es el trabajo de las y los recicladores, nuestra mirada hacia su labor evoluciona, se transforma en empatía y gratitud.
Para Andrea Rivera, cofundadora y directora ecosocial de sinba, reciclar es “un acto de amor”. Por ello, “al incluir una mirada inclusiva, el enfoque cambia y los deberes y derechos de los otros actores de la cadena, también”, sostiene.
Por ejemplo, cuando asumimos nuestro rol como generadores de residuos y segregamos en casa, “se entrega un material no contaminado para que el reciclador se encargue de su inserción correcta en el ciclo de reciclaje”, explica Andrea.
Para llegar a este nivel de consciencia y de corresponsabilidad, deberíamos interesarnos en conocer las respuestas a preguntas como estas:
¿Quiénes son las y los recicladores?, ¿cuáles son sus condiciones de trabajo?, ¿qué necesidades tienen?, ¿cómo es su día a día?, ¿cuál es el impacto de su trabajo?
Recicladores de base de Lima participan del taller realizado por sinba para conocer sus necesidades, en el marco del desarrollo de circ.
Los recicladores de base en Latinoamérica
La mayoría de los recicladores de base han llegado a este oficio como una última alternativa para generar ingresos. Por eso, muchos provienen de sectores socioeconómicos vulnerables, se desenvuelven en ambientes de violencia o son inmigrantes o personas desplazadas.
De hecho, así comenzaron Carmen y Juan 12 años atrás; ninguno tenía trabajo y atravesaban enfermedades crónicas. “Recogíamos las botellas que nos encontrábamos en la calle para luego venderlas”, cuentan. Cargaban el material por largas distancias hasta acumular lo suficiente. Luego, un familiar les regaló un triciclo y posteriormente lograron reunir dinero para comprar un moto furgón.
Al igual que en los inicios de esta pareja, la mayoría de los recicladores de base se encuentran en una situación de informalidad. No tienen apoyo institucional ni están en un sistema de protección ni de derechos laborales; se enfrentan a riesgos de salud física y emocional; no cuentan con un seguro de desempleo, ni salario fijo, entre otras desventajas.
Sin embargo, esta no es la norma en el resto del mundo. En ciudades de alto desarrollo, como San Francisco o Rotterdam, la tasa de reciclaje informal es del 0%. En cambio, en Latinoamérica el reciclaje informal llega a tasas de hasta el 95% y el material que se recicla va entre el 1% y el 5%.
Un reciclador busca residuos reaprovechables de entre la basura. Imagen de stock.
Los recicladores de base en el Perú
Según el último censo de recicladores en el Perú, se estima que 180 mil personas se dedican al reciclaje en el país. El 93% lo hace en condiciones laborales precarias e insalubres y la mayoría vive en la pobreza y extrema pobreza.
Claramente, el sistema no está funcionando. Los recicladores, que en promedio trabajan 6 días a la semana y 9 horas diarias, benefician al ambiente y a la sociedad, pero a cambio, reciben pagos insuficientes y están en constante riesgo.
Por ley, las y los recicladores deberían ser protegidos y sus derechos, garantizados. De hecho, el Perú fue el primer país en la región, junto con Brasil, en elaborar una ley a favor de los recicladores: la Ley 29419. Esta regula su actividad y busca su desarrollo social y laboral, “promoviendo su formalización, asociación y contribuyendo a la mejora en el manejo ecológicamente eficiente de los residuos sólidos en el país”.
El reciclaje inclusivo y la formalidad
Victoria Tagüe y Jesús Aguirre son otra pareja de esposos recicladores con 15 años de experiencia, dos años de manera informal y 13, como parte de la Asociación San Martín de Porres.
Victoria cuenta que la formalización los ha ayudado a llegar a más puertas y así, obtener más material para su posterior venta. “La formalización te permite salir de las calles, tener mejores condiciones de vida; es tener la protección adecuada y aportar más a tu familia”, dijo en el taller para recicladores, llevado a cabo por sinba en junio de 2022.
Con su trabajo, ha podido formar a sus hijos y darles una profesión. “Incluso uno de ellos será el heredero”, dice Victoria entre risas, y explica que él ha decidido seguir el oficio de sus padres: será reciclador.
Su esposo, Jesús, sabe muy bien la relevancia de su trabajo. “Nuestra labor es muy importante. Se trata de lograr el equilibrio ecológico que debemos tener”, dice convencido, y también revela que hay algo muy gratificante en su oficio: la confianza que se ha creado al compartir con la municipalidad, con sus compañeros y con los vecinos.
Recicladores de asociaciones formales de Lima en el taller organizado por sinba. Jesús, Fernando, Carmen, Juan y Victoria.
Desafíos de los recicladores de base en Perú
El camino hacia la formalidad de las y los recicladores es aún más retador por el mismo contexto de informalidad que se vive en el Perú en varias industrias: el 76,8% de los trabajadores peruanos tiene un trabajo informal.
En su experiencia de seis años en sinba, Andrea Rivera ha trabajado de la mano con varios recicladores. Ella destaca que dentro de los mayores retos están la falta de reconocimiento de la sociedad hacia los recicladores, el constante riesgo de encontrarse con residuos contaminados, y “la inercia de un sistema informal de reciclaje, para salir y mantenerse fuera de prácticas informales”.
circ nació con ese propósito, el de acompañar a las y los recicladores hacia la formalidad y ser un apoyo para mejorar su bienestar personal y profesional. La propuesta de valor incluye programas de desarrollo empresarial, precios justos, con pago oportuno, así como la compra de múltiples materiales en un solo sitio.
Si quieres conocer más sobre circ, mira este video de la inauguración en octubre de 2022.
Los recicladores de base como ejemplo
Las historias de Carmen, Juan, Victoria y Jesús nos demuestran que en el camino hacia una verdadera sostenibilidad, no podemos saltarnos el bienestar de las personas. Si queremos ciudades donde el reciclaje sea parte de la cultura y no “una buena acción”, es fundamental que las y los recicladores tengan condiciones de trabajo adecuadas.
“Los recicladores no sólo recolectan, acondicionan, compran y venden materiales, sino en su cotidianidad también aplican prácticas de reducción, reuso y upcycling con los diferentes materiales que se encuentran”, dice Andrea Rivera, quien está convencida de que si queremos conocer sobre economía circular, es de ellos de quienes debemos aprender.
04/11/2022
Andrea Rivera dirige una mesa de trabajo en el taller para recicladores previo a la apertura de circ.